¡Buenos días, encantado de conocerte! Sí, ¡buenos días! Es mi momento favorito y más productivo del día. Aunque a veces mis hijos me hacen madrugar, a menudo me despierto antes que los demás y disfruto de unas horas de trabajo profundo mientras sale el sol. La satisfacción de una mañana productiva me proporciona energía e inspiración para trabajar con nuestros clientes y las personas que a ellos les importan. Me mueve la curiosidad por saber cómo trabajan nuestros clientes, cómo se puede aprovechar su fuerza y qué hay detrás de los problemas a los que se enfrentan. Sobre la base de un conocimiento profundo, trabajo con ustedes para identificar y adaptar soluciones innovadoras, encontrar modelos de ingresos más sostenibles para las empresas medioambientales o establecer incentivos que ayuden a las organizaciones a gestionar con éxito el cambio y a alcanzar sus objetivos.

Mi primer punto de contacto con seecon fue el desarrollo conjunto de la Caja de Herramientas de Gestión de la integridad para las empresas prestadoras de servicios de agua que se inició en el año 2011, cuando aún trabajaba en la Red de Integridad del Agua (WIN). Antes de unirme a seecon como socio principal en 2016, fundé una start-up online centrada en hacer que las capacitaciones fuesen asequibles y accesibles para todo el mundo. Lo que me llevó a seecon es el increíble equipo que encarna la positividad y la actitud de «sí se puede». Además, seecon me proporciona la plataforma ideal para combinar mi formación en ingeniería ambiental con mi pasión por ampliar los servicios básicos de agua y medio ambiente con enfoques empresariales.

Soy una persona polifacética. Me gusta diseñar proyectos, conceptualizar talleres, entrenar a las empresas para que tengan éxito, explorar nuevos temas en profundidad y me apasiona implementar soluciones en campo. Lo que más me gusta de manejar una cartera de proyectos tan diversa es que me permite conectar y combinar soluciones, ideas y redes en torno a estos diferentes tipos de trabajo. Lo que menos me gusta es que, aunque el trabajo nunca es aburrido, desgraciadamente el día tiene solo 24 horas.